Una mirada que invita a iniciar el viaje en el camino de asfalto que se pierde en el horizonte.
La sensibilidad de la lente de Marie Juliette nos adentra en el erotismo latente, inocente y disfrazado, suave seda que se ajusta al viento para hacerse una con el cuerpo.
Anatomías perfectas de ritmos ondulantes se funden en el silencio del valle y el estallido de la risa, todos son momentos únicos que narran diferentes historias,
es ahí donde la lente hace un encuentro perfecto con las fibras de nuestro propio ser.